Una parte importante de la labor del constructor consiste en dominar el terreno para adaptarlo a sus fines. En.el caso de un túnel u otra excavación subterránea la obra queda constituida por el mismo terreno modificado. La construcción de un canal, de una carretera, es poco más que herir el terreno, pero con arte tal, que la cicatriz adopte la forma definitiva que deseamos.
Otras veces el terreno no está presente en la obra de manera tan exclusiva; así ocurre en las estructuras. Pero éstas han de ir cimentadas, problema siempre decisivo y a veces predominante, como cuando deseamos colocar la carga inmensa de un embalse contra una garganta, ya quebrantada por el acontecimiento geológico que hubo de originarla. Hay estructuras, por otra parte, que forman una unidad con el terreno, como son los muros de sostenimiento, los muelles de atraque o los diques secos.
El conjunto de técnicas de que dispone el constructor para esta tarea se agrupa, desde hace algunos años, bajo el nombre de Geotecnia. Pero las técnicas existían ya. El hombre cimentó sus palafitos sobre pilotes de madera, y sobre este mismo tipo de cimentación descansan el Ayuntamiento de Amsterdam y los palacios venecianos. Vauban dio reglas quizá arbitrarias, pero concretas, para dimensionar los muros de sostenimiento de sus fortalezas. Los grandes canales de los siglos XVIII y XIX, y casi toda la red .ferroviaria mundial, estaban terminados antes de que el nombre de Geotecnia fuera creado.
Pero es cierto, por otra parte, que los libros antiguos no traen, respecto a estos problemas, más que descripciones de obras ejecutadas, datos empíricos, recetas, en suma; mientras que hoy, la Geotecnia tiene un esqueleto coherente y científico, que está constituido por la Mecánica del Suelo y la de las Rocas.
Un hecho significativo es que la Mecánica del Suelo tiene una fecha de nacimiento generalmente admitida: el año 1925, con la publicación de la «Erdbaumechanik», de Karl Terzaghi.
Sin embargo, objetivamente, el trabajo de Terzaghi no parece decisivo para los procedimientos constructivos, que estaban desde hacía un par de décadas en profunda evolución, debido a las tendencias generales de desarrollo industrial y maqumismo.
Y tampoco parece trascendental para los métodos de cálculo, en los que la investigación había alcanzado resultados muy interesantes y hoy todavía válidos. La teoría de empuje de tierras había llegado, gracias a la Estática gráfica, a refinamientos que casi nos atrevemos a calificar de decadentes. Los principios fundamentales de la estabilidad de taludes se habían ya puesto en claro mediante los trabajos de la escuela sueca. En cuanto al cálculo de asientos, hacía cuarenta años que Boussinesq había establecido las fórmulas de distribución de tensiones que todavía usamos en la mayor parte de los casos. En túneles existía ya la noción de arco de descarga, que Terzaghi emplearía todavía profusamente en publicaciones escritas veinte años después de la «Erdbaumechanik».
A pesar de todo esto, existe una aceptación general del hecho de que la publicación de este libro significó un cambio de rumbo; que constituyó un injerto en la vieja cepa, y que de este injerto salió la planta renovada de la actual Geotecnia.
Es preciso darse cuenta de la característica esencial de este cambio de rumbo, que todavía no ha sido aclarada para muchos: esta característica es la plenitud de la aplicación, a los problemas del terreno, del método experimental, padre de la ciencia moderna.
Observemos cómo, a partir de ese momento, el laboratorio es una primera figura en la Mecánica del Suelo, de tal forma, que hay quienes identifican prácticamente ambos conceptos. Muchos creen que no es posible trabajar en Mecánica del Suelo sin efectuar ensayos.
Prologo
Símbolos y abreviaturas
Capítulo I. Suelo y roca. Geotecnia. Origen del suelo; procesos de cementación.
Capítulo II. Granulometría de los suelos.
Capítulo III. Propiedades elementales: porosidad, índice de poros, peso específico, humedad, grado de saturación, índice de densidad, equivalente de arena.
Capítulo IV. Límites de atterberg. Gráfico de Casagrande. Índice de fluidez. Propiedades fisicoquímicas de las arcillas. Actividad. Susceptibilidad y tixotropía.
Capítulo V. El agua en el terreno. Permeabilidad. Principio de presión efectiva. Tensión superficial. Electro-osmosis.
Capítulo VI. Compresibilidad e hinchamiento de los suelos sin deformación lateral.
Capítulo VII. Compactación de suelos. Deformación de suelos parcialmente saturados. Transferencia de humedad en suelos parcialmente saturados.
Capítulo VIII. Resistencia y deformación.
Capítulo IX. Suelos parcialmente saturados sometidos a esfuerzos cortantes.
Capitulo X. Tipos de suelos.
Apéndices
Referencias
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